lunes, 17 de octubre de 2016

Clase 4: controversias y corrientes desde la crisis del 30’ hasta el surgimiento del peronismo (1930-1946): el grupo Pinedo-Prebisch y las distintas vertientes del nacionalismo

El pensamiento liberal-conservador durante la “década infame”: el grupo Pinedo-Prebisch desde comienzos de la década del 30 al Plan Pinedo de 1940. El nacionalismo de derechas en los años 30’. El pensamiento económico militar (Savio, Mosconi, etc.). El nacionalismo popular: el grupo FORJA.

Bibliografía obligatoria:
15. Gurrieri, Adolfo, “Las ideas del joven Prebisch”, Revista de la CEPAL Nº 75. (Páginas 69  a 82)
16. Caravaca, Jimena y Plotkin, Mariano, “Crisis, ciencias sociales y elites estatales: la constitución del campo de los economistas estatales en la Argentina, 1910-1935” en Desarrollo Económico Vol. 47 No. 187 (Oct.-Dic. 2007), 401-428.
17. Norberto González y David Pollock, “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923-1943”, Revista Desarrollo Económico, Vol. 30 No. 120 (Ene-Mar. 1991), pp. 455-486.
18. Scenna, Miguel Angel, F.O.R.J.A., una aventura argentina (de Yrigoyen a Perón), Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1983. (Capítulo 5: páginas 77 a 99)
Fuentes obligatorias:
19. Selección de fuentes documentales provenientes de Tulio Halperín Donghi, La República imposible, 1930-1945, Editorial Ariel (Biblioteca del Pensamiento Argentino tomo V).  p. 4, pp. 179-182, 198-201, pp. 205-210, pp. 221-222, pp. 267-268.
20. El Plan de Reactivación Económica ante el Honorable Senado, en Desarrollo Económico, Vol. 19, No. 75 (Oct. - Dic., 1979).

Contribuciones de los alumnos para la discusión en prácticos:

Aporte de Martín

15. Gurrieri, Adolfo, “Las ideas del joven Prebisch”, Revista de la CEPAL Nº 75. (Páginas 69 a 82)
El texto la evolución de las ideas del “joven” Prebisch. Comienza buscando establecer una línea de continuidad entre sus obras previas al famoso trabajo de 1949, que se considera fundacional de su obra en la CEPAL. Según el trabajo Prebisch ya tenía un diagnostico de la relación de dependencia cíclica con respecto a las economías centrales a partir de los canales de transmisión del balance de pagos, resultantes de la baja diversificación del comercio exterior argentino. Reivindica la necesidad de intervenir, a diferencia de los dictámenes ortodoxos del ajuste automatico del patrón-oro, y de buscar la industrialización a fin de reducir la volatilidad de los ciclos del balance de pagos. Sin embargo, no rechaza del todo la producción primaria como configuración productiva posible, lo que le preocupa es sólo la consistencia financiera externa.
Luego el texto restrea la evolución de ciertas ideas de Prebisch durante la década del ’20, época en la cual persiste su confianza en los mecanismo automatico del patrón-oro, y que para el autor es la divisoria de aguas con lo que será la etapa heterodoxa de su pensamiento. Luego el texto reseña el derrotero de Prebisch en la función publica, como asesor, funcionario y eventualmente su rol en el Banco Central. En esta etapa también se destaca el impacto de la crisis mundial del ’30 y de las ideas de Keynes, que lo llevan a abandonar la ortodoxia en materia fiscal. De ello se deriva la elaboración del Plan de Acción Económica, que incluye una batería de medidas de intervención preocupadas no solo por la actividad y evitar una crisis externa, sino también por los impactos distributivos.
16. Caravaca, Jimena y Plotkin, Mariano, “Crisis, ciencias sociales y elites estatales: la constitución del campo de los economistas estatales en la Argentina, 1910-1935” en Desarrollo Económico Vol. 47 No. 187 (Oct.-Dic. 2007), 401-428.

El texto reconstruye el rol de los primeros economistas en el marco de la crisis del ’30. Se hipotetiza que frente a una coyuntura de crisis económica y en un marco que reclamaba modernizar el aparato estatal, emerge un nuevo tipo de actor social cuyo poder reside en un saber supuestamente técnico y científico, que puede ocupar el rol de casta tecnocrática que reclaman los tiempos. Pero, además de la coyuntura de época, también juega un rol el marco político de la Argentina de los ’30, en la cual el sistema político estaba condicionado por los militares y la proscripción de algunos partidos. Ello sentaba la condición de posibilidad para que este saber técnico jugara un rol de especial importancia en la gestión de gobierno, desde un lugar de legitimación apartidaría. De este modo se rastrea la evolución de este grupo de economistas de profesión, identificado con el grupo Prebisch-Pinedo, así como sus modos de inserción y crecimiento de posiciones dentro del Estado, en buena medida a partir de sus relaciones sociales y familiares. En paralelo se identifica el avance de la Facultad de Ciencias Económicas, como institución madre que establecía los parámetros de validación científica de la nueva disciplina de gobierno, así como proveía los cuadros profesionales que desempeñarían ese rol, y se constituía en referencia para los grupos de intereses corporativos, pero también para el Estado. En este marco se identifica el rol creciente que ocupa el análisis de información cuantitativa en la discusión pública y en la defensa de intereses.
Por último, el texto distingue entre el citado grupo de economistas, que ubica como una “segunda generación” de profesionales académicos, frente a una “primera generación”, que se ocupaba de asuntos económicos pero provenía de disciplinas ajenas. Luego, se rastrea la evolución de una tercera generación, entre los que se destacan Malaccorto y Gomez Morales, que crecientemente ganaban posiciones de poder, ya no a partir de su capital social o representación de grupos de poder como sus antecesores, sino a partir de sus capacidades y conocimientos técnicos específicos personales.

17. Norberto González y David Pollock, “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923-1943”, Revista Desarrollo Económico, Vol. 30 No. 120 (Ene-Mar. 1991), pp. 455-486.
El texto se ocupa de reconstruir la evolución intelectual de Prebisch entre 1923 y 1943, previo a su desempeño en la CEPAL, época en la cual se destaca en el ejercicio de la función pública y científica. Los principales aspectos que destaca el texto sobre esta etapa son: a) el giro complejo y no siempre lineal desde el pensamiento ortodoxo hacia posturas de creciente heterodoxia (aunque se mantienen algún aspectos de política fiscal); b) un abordaje pragmático y no doctrinario para enfrentar los problemas de política económica, que daba cuenta de las especificidades propias de cada coyuntura; c) la implementación de políticas de carácter eminentemente contraciclico y, por ende, de corto plazo y no directamente destinadas a ocuparse de los problemas estructurales del desarrollo (como sí ocurriría en la CEPAL).
El autor caracteriza entonces esta transición como el paso hacia un “conservadurismo ilustrado”, en el sentido que se trataba de un miembro de las elites cuya preocupación era generar soluciones desde el Estado para garantizar la paz social y la sustentabilidad del sistema imperante, pero no así reformar sustancialmente o revolucionar las estructuras vigentes. En ese marco era aceptable llevar adelante políticas que disciplinaran las fuerzas de mercado, que ahora se reconocía no se equilibraban automáticamente, a fin de garantizar el pleno empleo. Quizás el aspecto más novedoso de su pensamiento en esta etapa es el reconocimiento de la relación centro-periferia y del hecho de que, para resolver las recurrentes crisis y vulnerabilidad externa de la economía argentina sería necesario intervenir y modificar la estructura productiva y, en particular, la matriz del comercio exterior. Este aspecto de su pensamiento sería claramente desarrollado en su etapa posterior en la CEPAL.

18. Scenna, Miguel Angel, F.O.R.J.A., una aventura argentina (de Yrigoyen a Perón), Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1983. (Capítulo 5: páginas 77 a 99)
El texto reconstruye, mediante citas y referencias varias, el Manifiesto de FORJA que denuncia los diversos mecanismos por los cuales los gobiernos de la década del ’30 favorecían a las oligarquías locales en asociación con los intereses coloniales de Gran Bretaña. En particular se destacan: la creación del Banco Central, que otorgaba múltiples beneficios al sector bancario de manera discrecional, además de contar en su directorio a miembros de bancos extranjeros; el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias, otro instrumento de beneficio discrecional a los bancos absorbiendo el costo de sus pasivos; la conformación de Juntas Reguladoras con miembros de las mismas corporaciones que debían “regular”, y el perjuicio que representaban para los consumidores por sostener precios artificialmente altos; la unificación nacional de impuestos, en detrimento de la autonomía municipal y provincial; la denuncia de una inminente ley de creación de un monopolio del transporte público en manos de una empresa inglesa, que contaría con beneficios y perjudicaría la naciente industria automotriz local;  la denuncia de la membrecía a la Liga de las Naciones y de la ruptura de un conveniente acuerdo comercial con la Union Sovietica para privilegiar la subordinación a los intereses norteamericanos. Luego se suceden otras secciones que denuncian aspectos sociales, educativos y de carácter institucional del régimen liberal-conservador.
Es de notar que muchas de las denuncias de FORJA sobre el rol del BCRA refieren al riesgo de desvalorización de la moneda por exceso de atribuciones en torno a las capacidades de emisión sin respaldo, así como al rol discrecional de los redescuentos, etc.
19. Selección de fuentes documentales provenientes de Tulio Halperín Donghi, La República imposible, 1930-1945, Editorial Ariel (Biblioteca del Pensamiento Argentino tomo V).  p. 4, pp. 179-182, 198-201, pp. 205-210, pp. 221-222, pp. 267-268.
El material comienza con una serie de extractos de declaraciones de Pinedo, Duhau y Prebisch, donde se pone de manifiesto el pragmatismo de los funcionarios del régimen conservador en materia de política económica. En particular se destaca la consideración de que, en el particular contexto de cierre de los mercados internacionales luego de la crisis del ’30 y, en segunda instancia, con la Segunda Guerra, se justificaba entonces emprender un camino de industrialización sustitutiva que supliera los insumos faltantes para el consumo local y proveyera las fuentes de empleo que no podían asegurarse solamente de las ventas al exterior. Se destaca asimismo que en ningun momento reniegan a la doctrina de la conveniencia de dejar al libre mercado regular las relaciones económicas, sino que siempre se ocupan de aclarar que se trata de una concesión a partir de la excepcionalidad de las circunstancias. En lo que respecta al texto de Prebisch, se ocupa sobre el fenómeno inflacionario que resultó de la devaluación: en respuesta a los que critican que el gobierno sostuvo el déficit fiscal y la expansión monetaria, Prebisch argumenta que de no haberlo hecho, a fin de sostener el patrón-oro y permitir el proceso de “liquidación” que indica la doctrina, se habría producido una masiva recesión y quebranto de productores rurales, incapaces de pagar sus deudas.
El documento también reseña el debate entre Lisandro de la Torre y Duhau. El primero denuncia el pacto Roca-Runciman por espurio y recomienda que el estado intervenga en el comercio exterior de carnes con Inglaterra y determine la asignación de los cupos a empresas que paguen un precio justo. Mientras, el segundo le responde que su planteo es imposible pues Inglaterra ejerce una política de cupos que discrimina entre las grandes y pequeñas empresas, y que esa política de control del comercio exterior es una realidad del nuevo mundo post-crisis del ’30 y es una realidad inevitable. 

20. El Plan de Reactivación Económica ante el Honorable Senado, en Desarrollo Económico, Vol. 19, No. 75 (Oct. - Dic., 1979).
El texto condensa la presentación, por parte de Castillo, de lo que se llamó el Plan Pinedo. El mismo comprende los siguientes aspectos:
1)            Necesidad de reactivar la economía mediante un plan masivo de obras públicas, en especial de viviendas, así como de estimulo a la industria.
2)            Se menciona que en el contexto presente de la guerra la industria no reemplaza exportaciones y por ende es conveniente expandirla. Asimismo, se menciona el rol que puede jugar la conformación de una zona de libre comercio con los países de la región. 
3)            Absorción de la sobreoferta de productos agrarios que no pueden colocarse internacionalmente (en el marco de la Segunda Guerra), mediante al compra de estos excedentes por parte del Estado, lo cual también ayudaría a sostener el precio y la actividad rural.
4)            Financiamiento del plan de obras públicas y expansión del crédito a la industria mediante la emisión de un bono y el reaseguro desde el Banco Central de un porcentaje de los depósitos bancarios. Se conformaría una oficina en la órbita del Banco para supervisar estas acciones de financiamiento hacia los sectores deseados. Sin embargo, en todo momento los agentes del crédito son los bancos privados siguiendo su interés.
5)            Se argumenta la necesidad de sostener la apertura de la cuenta cambiaria.

6)            Se argumenta la necesidad de restringir importaciones y expandir exportaciones. Para ello se menciona el calce de exportaciones e importaciones.

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Aporte de Guillermo:

Las dificultades para analizar la bibliografía de la presente clase comienzan al intentar contextualizar el periodo que se estaba viviendo, es decir, situarnos en tiempo y espacio ya resulta una tarea compleja.
Luego del éxito del modelo agroexportador se comienza con el declive económico y se plantea que la crisis ya no se debe a factores coyunturales, sino que hablamos de una crisis estructural. El modelo llega a su fin en un contexto político interno más que complejo ingresando a la década infame y como si esto fuera poco, se recibe el impacto directo de la crisis económica del 30, la caída en los precios de los commodities, el surgimiento de las ideas Keynesianas influenciando al mundo entero y el giro en el eje de poder mundial que se dirige desde Gran Bretaña hacia los Estados Unidos y el comienzo de la segunda Guerra Mundial.
En este contexto, el primer texto analizado, el cual es una fuente obligatoria es el proyecto de Ley enviado al congreso en el año 1940, durante la presidencia de Roberto Marcelino Ortiz, el cual tiene la firma del Vicepresidente Castillo, y Federico Pinedo como Ministro de Economía. El proyecto, titulado “El Plan de Reactivación Económica ante el Honorable Senado” conocido como el “Plan Pinedo“ plantea las dificultades de la situación económica y la necesidad de llevar a cabo un plan integral de acción, el cual serviría de guía en la política económica del país, mediante tres capítulos.
El primero de ellos plantea la gravedad económica por la que atraviesa el país, la caída en los valores exportados y la necesidad de aplicar políticas tendientes a la reactivación económica – probablemente influenciado ya por Keynes – planteando además que la industria podría sustituir la producción importada mediante la industria local. Pero esto no implica una intervención directa por parte del estado, sino que es este el que debe generar las condiciones para que la actividad privada lo logre. Si mencionamos que era complejo contextualizar el escenario económico de la época, más difícil será encasillar estas ideas. Con influencias socialistas, keynesianas pero al mismo tiempo liberales, se plantea “acrecentar los gastos productivos, no en la administración pública, sino en el campo de la actividad privada”[1], con lo cual nos encontramos ante la dificultad de catalogar claramente la ideología que esconde el Plan.
Se detalla además cómo mediante la compra de los excedente agrícolas que deprimen los precios, la construcción de viviendas modestas que no necesiten de insumos importados mediante el equivalente a un plan federal de viviendas con facilidades de pago y e incentivando la demanda sobre productos industriales locales fomentando el “esfuerzo nacional”[2] y estimulando el poder de compra de la población local se podría llegar a la reactivación económica. Pero si esto parece lógico en un momento de crisis internacional y de incremento en el proteccionismo, se plantea la necesidad de abrir las fronteras y tender a zonas de libre comercio que incentiven el intercambio comercial, lo cual parecería contradecir las medidas citadas anteriormente.
En el capítulo II se hace un análisis de las políticas financieras y monetarias a aplicar, tomando en cuenta la creación del Banco Central en el año 1935 y políticas anticíclicas, las cuales no eran posibles en momentos previos debido al patrón oro. En este caso, el banco central podía aplicar políticas contractivas en momentos de auge y expansivas en momentos de crisis, suavizando los ciclos económicos pero siempre aceptando que es el mercado privado, en este caso los bancos comerciales, quienes en última instancia serían los intermediarios entre el estado y el público. Es importante recordar, para el análisis de los siguientes textos que Prebisch, quién impulsó la creación del Banco Central y era funcionario de él, participó activamente en la elaboración del plan que estamos detallando.
En el capítulo III se analiza el déficit en las cuentas exteriores y se plantean tres tipos de zonas económicas. Por un lado, el área comprendida por la libra esterlina, zona de mayor importancia, validando quizá, aspectos controvertidos del pacto Roca – Runciman como veremos más adelante. Por otro lado países con quienes se comercia mediante divisas transferibles como los Estados Unidos, quien sin ser el más importante adquiere con el correr de los años mayor relevancia y por lo tanto una mayor pérdida de reservas y por último países limítrofes, unidos por cuestiones políticas, sociales y geográficas con quienes se debería tender hacia una zona de libre comercio.
Ante la salida de metálico, se plantea la necesidad de limitar las importaciones, al menos en ciertos sectores menos sensibles sin afectar la entrada de insumos necesarios para la producción, y al mismo tiempo incrementar las exportaciones, especialmente de productos primarios, destacando las dificultades de inserción de la industria en los mercados mundiales y recalcando, al mismo tiempo, la necesidad de mantener un liberado mercado de cambios que funcione como incentivo de inversión para los capitales extranjeros.
Adolfo Guerrieri, en su escrito “Las ideas del joven Prebisch” del año 2001, siendo este bibliografía obligatoria,  comienza la escritura relacionando la llegada de Prebisch a la CEPAL en el año 49 junto a sus ideas previas, es decir, de dónde provenían esas ideas que marcaron un quiebre en el pensamiento latinoamericano y que claramente habían comenzado mucho tiempo atrás. Al iniciar su exposición, Guerrieri plantea que el pensamiento de Prebisch en los años 20 era neoclásico, con lo cual, tuvo que haber mutado a lo largo del tiempo. Si bien uno podría plantear que este giro conceptual tuvo un quiebre en la crisis del 30, las ideas respecto a las dificultades del patrón de acumulación del modelo agroexportador habían comenzado tiempo atrás y sólo fueron confirmadas en 1930, con lo cual no fue un quiebre sino una evolución desde la ortodoxia hacia la heterodoxia, defendiendo el pensamiento de Prebisch y justificando que las ideas presentadas en 1949 ya tenían una marcada raíz heterodoxa. Luego de analizar las principales características del pensamiento presentado en 1949, Guerrieri comienza con el análisis del origen de este pensamiento.
Influenciado por visitas a Europa a inicios de la década del 20, Guerrieri muestra cómo Prebisch ya se oponía al Laissez Faire y mostraba interés por la producción real de bienes y servicios, pero defendiendo aún la libertad en el comercio y la eliminación de sus trabas. Por otro lado, Prebisch analizó el fuerte crecimiento económico observado en el modelo agroexportador, pero este crecimiento lejos estuvo de derramarse y ser equitativo. La concentración de la tierra debía ser contrarrestada, pero a pesar de mencionarlo no presentaría propuestas al respecto hasta el año 1963[3]. A pesar de haber argumentado una continuidad en el pensamiento de Prebisch, Guerrieri reconoce un quiebre en el año 1929, en donde la crisis mundial define la balanza a favor de la regulación de los ciclos económicos – que posteriormente llevaron a la creación del Banco Central – en detrimento del patrón oro. A pesar de ello, el autor deja algunas dudas respecto a este pensamiento, quizá sin poder clarificar, como lo hemos mencionado anteriormente, el a veces contradictorio pensamiento de Prebisch.
Pero para no impacientarnos es preciso destacar que el mismo Prebisch planteaba en 1930 que la caída en el precio de las commodities y el desequilibrio frente a los países industrializados era sólo un nuevo ciclo económico, coyuntural que no afectaba la estructura económica nacional[4].
Ya en su puesto de Subsecretario de Hacienda Prebisch se enfrenta al poderío británico y estadounidense y el roce con la gestión pública continúan modelando su pensamiento. A pesar de no querer una alta exposición – tal es el caso del Banco Central, que a pesar de haber formado parte necesaria en su creación rechaza la presidencia – su rol en las políticas públicas será fundamental, como vimos anteriormente en Plan Pinedo. Es probable que la función pública le haya hecho ver un mundo nuevo y complejo, en donde negociar con las potencias no era ni es nada fácil y al mismo tiempo comienza a ver la necesidad de industrializarse y los desequilibrios estructurales que posteriormente lo llevarían a la CEPAL.
Por su parte, Norberto González y David Pollock en “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923- 1943”, que forma parte de la bibliografía obligatoria, en un texto del año 1991, es decir, con un periodo de tiempo suficiente para hacer una especie de revisionismo histórico también buscan definir y analizar la evolución del pensamiento de Prebisch, pero en este caso, agregan entrevistas directas  hechas al mismo protagonista, aportando una nueva mirada y enfoque al análisis.
Ya en el inicio, ambos autores relativizan los avances realizados por Prebisch, justificando que en definitiva los cambios se dieron dentro de las reglas del capitalismo, preservando el rol del sector privado y el mercado, beneficiando los intereses británicos en el pacto Roca – Runciman y a los terratenientes. Es decir, muy lejos de las ideas socialistas, lo cual le valió en nombre de “conservador ilustrado”.
De acuerdo a los autores, Prebisch reconoce que en el inicio de su educación su pensamiento provenía de la teoría clásica y que lejos estaba de conseguir un guía o consejero que lo lleve a explorar nuevas ideologías, con lo cual en parte era una tarea autoeducativa.  Entre los primeros trabajos de Prebisch se encontraría en análisis del sector ganadero y su comercialización financiado por la Sociedad Rural y es aquí donde comienza a notar las distorsiones en los mercados. Por lo tanto, es valorable el análisis crítico que realiza Prebisch por sobre quienes estaban financiando estos mismos estudios. Más aún, Prebisch reconoce que al iniciar su vida en la actividad pública aplicó recortes presupuestarios y en definitiva, el manual ortodoxo, pero que rápidamente pudo observar que esto no funcionaba y que la crisis coyuntural tenía mucho de estructural, lo que lo llevó a aplicar medidas contrarias a las que se venían practicando.
Es importante destacar que el conocimiento teórico en aquel momento recién estaba naciendo y estos mismos actores que estamos analizando formaron parte central de la creación de conocimiento tal como lo señalan Jimena Caravaca y Mariano Plotkin en “Crisis, ciencias sociales y elites estatales: La constitución del campo de los economistas estatales en la Argentina, 1910-1935” en el año 2007. Allí, los autores analizan la evolución del pensamiento económico argentino en donde inicialmente no existían instituciones que analizaran específicamente aspectos económicos como así tampoco economistas, ya que quienes escribían en este campo solían ser abogados o ingenieros, como por ejemplo Bunge. Lentamente se fue conformando un grupo de economistas quienes comenzaron a crear en el nuevo ámbito de la Facultad de Ciencias Económicas literatura específica convirtiéndose en una elite de pensadores que no existía con anterioridad. Por lo tanto, el estudio y análisis de la economía se complejizó y el mismo Prebisch tuvo mucho que ver aquí, al igual que Bunge, sistematizando información estadística y convirtiéndose en tecnócratas al servicio del estado. Por lo tanto, no es descabellado pensar que el pensamiento de Prebisch fue mutando con el correr del tiempo, en un campo del pensamiento aún muy virgen.
Retomando a González y Pollock, los autores citan dos momentos clave en la vida de Prebisch. Uno, de ellos es la Conferencia Económica y Monetaria Mundial de 1933, en donde se juntaban las principales naciones del mundo con el objetivo de solucionar la crisis mundial y la caída del comercio. Fue aquí una de las primeras veces que Prebisch veía con sus propios ojos el accionar de las potencias mundiales, la relación de fuerzas entre el centro y la periferia y la ortodoxia a nivel mundial, sin importar los países en desarrollo, lo que generaría quizá empezar a pensar en la propia industrialización. A pesar de ello, como ya dijimos, en el Plan Pinedo se siguió defendiendo el libre comercio.
Posteriormente, Prebisch participó de las negociaciones del pacto Roca – Runciman en un contexto en donde Gran Bretaña era el principal destino de las exportaciones locales y hacía valer su hegemonía mediante una gran cantidad de exigencias. Ante las críticas recibidas, muchos años después Prebisch se defendió justificando que era un simple tecnócrata y no formaba parte de la política y que no había margen para lograr un mejor acuerdo.
Estos dos momentos llevarían a condicionar el pensamiento de Prebisch, tanto en su rol como asesor del Ministerio de Economía y de Agricultura como en el Banco Central. Las citas presentadas por los autores muestran a un Prebisch un tanto egocéntrico, adjudicándose un rol preponderante en las medidas económicas tomadas, como parte central de la historia económica argentina con frases tales como “Yo nombre 1.200 personas después de una selección cuidadosa..."[5]  - como si esto fuera posible - refiriéndose a su rol en el Banco Central.
En “La República Imposible” de Halperín Donghi, cuyo título ya dice mucho, el cual forma parte de las fuentes obligatorias analizamos un documento en donde se citan fragmentos de discursos o sesiones de congreso relacionadas a la controversia generada por el Pacto Roca – Runciman, cuyos protagonistas son Duhau, Pinedo, Prebisch y De la Torre.
En estos fragmentos se puede escuchar la voz propia de los protagonistas quienes defienden y critican al mencionado pacto. Por el lado de los adeptos, quienes llevaron a cabo el acuerdo ya hemos mencionado, o al menos lo intentamos, a lo largo de esta reseña la manera de pensar de la época y las razones que llevaron a tomar ciertas medidas en un contexto internacional y local por demás complejo.
A ellos sumamos las críticas formuladas por Lisandro de la Torre, quien denunció activamente el pacto, demostrando que los beneficios otorgados a Gran Bretaña eran innecesarios y que en definitiva se trataba de un acuerdo que favorecía a sectores concentrados, a extranjeros y poco al pueblo argentino. Si cabe alguna duda respecto a lo que denunciaba De la Torre, el escándalo culmina con el asesinato de Bodabehere en el mismísimo Congreso de la Nación a lo largo de una sesión.
Por lo tanto, lo que comenzó en esta reseña como los logros de un estatista, un ilustrado, un académico que modificó  la historia argentina y latinoamericana comienza a mostrar ciertos grises y algunas de sus principales intervenciones se ponen en duda.
Si hasta aquí resulto complejo catalogar a cada uno de los integrantes analizados y sus políticas y recién comienzan las dudas a través de De la Torre, resta por analizar a Miguel Angel Scenna, del año 1983, quien en su texto de lectura obligatoria para la clase escribe “F.O.R.J.A, Una aventura Argentina, (De Yrigoyen a Perón)” con una escritura por momentos digna de una charla de café, entretenida y amigable, por momentos con similitudes a Claudio Lozano o José Luis Espert, quienes siempre ven lo negativo - y no por eso equivocado - en el accionar del estado analiza un documento elaborado por la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, quienes se autodenominan como ni conservadores, ni socialistas, ni radicales, ni comunistas, ni fascistas y pueden decir la verdad respecto a lo que sucedía en la realidad.
En este documento se explica los pormenores de algunas de las situaciones analizadas anteriormente  como por ejemplo la creación del Banco Central, el cual estuvo en definitiva en manos de los banqueros internacionales quienes habrían tenido los proyectos de creación mucho tiempo antes de quienes debían votarlo. A pesar de la presencia de bancos locales, estos, en definitiva pertenecían a la banca internacional acusando de manera directa a Pinedo y Prebisch de esta farsa.
Respecto al pacto Roca – Runciman, FORJA denuncia la creación de un monopolio total del transporte de pasajeros y carga en favor de los ingleses,  sin dejar de criticar además a la UCR, el único que se abstuvo en expresar públicamente su repudio ante la muerte de Bodabehere.
Por lo tanto, luego de leer las palabras de Scenna finalizamos la lectura con más interrogantes que certezas, dignas de un periodo convulsionado por las crisis, guerras y cambios estructurales.








Bibliografía obligatoria:
Gurrieri, Adolfo, “Las ideas del joven Prebisch”, Revista de la CEPAL Nº 75 (2001)
Guerrieri se desempeñó como Director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL

Caravaca, Jimena y Plotkin, Mariano, “Crisis, ciencias sociales y elites estatales: la constitución del campo de los economistas estatales en la Argentina, 1910-1935” en Desarrollo Económico Vol. 47 No. 187 (2007)
Jimena Caravaca: Doctora en Ciencias Sociales (FSOC/UBA), Doctora en Historia (París 7 Diderot), Magister en Ciencias Sociales (FLACSO Argentina), Licenciada en Ciencia Política (FSOC/UBA). Investigadora asistente, CIS-IDES/CONICET. Miembro del Programa de Estudios sobre Saberes y Estado y Elites Estatales. Temáticas de trabajo: historia del pensamiento económico, de los saberes económicos en relación al Estado y de los economistas como expertos estatales en perspectiva latinoamericana.
Mariano Plotkin: Doctorado en la universidad de California, Berkeley. Actualmente investigador del CONICET y profesor de historia en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Ha trabajado y publicado sobre historia del psicoanálisis, historia del Estado y sobre historia del peronismo

Norberto González y David Pollock, “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923- 1943”, Revista Desarrollo Económico, Vol. 30 No. 120 (1991).
Norberto Gonzalez: Forma parte del Consejo Honorario del IDES
David Pollock: Ex funcionario de la CEPAL y la UNCTAD

18. Scenna, Miguel Ángel, F.O.R.J.A., una aventura argentina (de Yrigoyen a Perón), Buenos Aires, Editorial de Belgrano. (1983)
Miguel Scenna: Historiador argentino, especializado en historia política de la Argentina, de profesión médico oftalmólogo. Publicó gran cantidad de libros y artículos, entre los que se destacan por su impacto, Cuando murió Buenos Aires 1871 (1974) sobre la trágica epidemia de fiebre amarilla, Los Militares (1980) y F.O.R.J.A., una aventura Argentina (De Yrigoyen a Perón) (1983). Fue un habitual colaborador de la revista Todo es Historia, dirigida por Félix Luna, donde publicó gran cantidad de artículos. Se lo consideró un miembro moderado de la corriente revisionista.

Fuentes obligatorias:
19. Selección de fuentes documentales provenientes de Tulio Halperín Donghi, La República imposible, 1930-1945, Editorial Ariel (2007)
Halperín Donghi: Cursó sus estudios superiores en la Universidad de Buenos Aires donde se recibió de Abogado, profesor en Historia y doctor en Historia (1955). También realizó estudios de posgrado en París y Turín. Fue profesor en las universidades de Buenos Aires, Nacional del Litoral, de la República y Oxford, entre otras.  Fue decano electo de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Como tal defendió y aplicó los principios de la Reforma Universitaria. En 1966 y ante la irrupción de los militares liderados por Onganía, se fue a los Estados Unidos de Norteamérica donde trabajó en Harvard y Berkeley.

El Plan de Reactivación Económica ante el Honorable Senado, en Desarrollo Económico, Vol. 19, No. 75 (1979)



[1] El Plan de Reactivación Económica ante el Honorable Senado, en Desarrollo Económico, Vol. 19, No. 75 (1979) pág. 4
[2] Ídem. pág. 7        
[3] Gurrieri, Adolfo, “Las ideas del joven Prebisch”, Revista de la CEPAL Nº 75 (2001). pág. 4
[4]  Ídem. pág. 8
[5] Norberto González y David Pollock, “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923- 1943”, Revista Desarrollo Económico, Vol. 30 No. 120 (1991).  pág. 23

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Aporte de Omar:

Gurrieri, Adolfo, “Las ideas del joven Prebisch”, Revista de la CEPAL Nº 75. (Páginas 69 a 82)

El autor de origen chileno, publica su ensayo en la Revista de la Cepal siendo ex Director de Desarrollo Social.

El autor, en su raconto de la vida de Prebisch, efectúa un análisis historiográfico de su producción intelectual y paso por la CEPAL. Rechaza el tinte contradictorio con el cual se lo suele manchar a Prebisch, afirmando que si se lleva a cabo un análisis más profundo de sus escritos se puede observar una cierta continuidad en sus ideas.
Por ende, de su disección en la vida del autor, critica esa dicotomía ortodoxo – heterodoxo  en su obra, por los años treinta.
No por ello, lo traza como un intelectual infranqueable, mas hace mención a sus propios yerros y aciertos.
A su vez, hace hincapié a la visión cíclica que el mismo autor propone, de forma esquemática, - atento a que el patrón primario exportador es intrínsecamente vulnerable a las variaciones en la demanda externa y el flujo de capitales – respecto a la relación entre las condiciones estructurales de la economía Argentina y la de los países industrializados. 
Resalta también sus habilidades para la conceptualización estructuralista latinoamericana (centro-periferia), adelantándose a los autores de la época.


Caravaca, Jimena y Plotkin, Mariano, “Crisis, ciencias sociales y elites estatales: la constitución del campo de los economistas estatales en la Argentina, 1910-1935” en Desarrollo Económico Vol. 47 No. 187 (Oct.-Dic. 2007), 401-428.


Jimena Caravaca, forma parte del Instituto de Desarrollo Economico y Social, es Doctora en Ciencias Sociales (FSOC/UBA), Doctora en Historia (París 7 Diderot), Magister en Ciencias Sociales (FLACSO Argentina), Licenciada en Ciencia Política (FSOC/UBA). Investigadora asistente, CIS-IDES/CONICET.

Mariano Plotkin, también forma parte del IDES, posee un Doctorado en la Universidad de California, Berkeley. Es investigador del CONICET y profesor de historia en la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

Siguiendo la línea de análisis que nos compete, respecto a el desarrollo de Prebisch, los autores llevan a cabo un análisis totalmente disímil de su intervención (y también de otros autores como Pinedo) situándolo a este como un tipo de economista de segunda generación, atento a que responde a su irrupción desde un punto de partida diverso a los de una etapa primigenia (donde podríamos ubicar a Bunge), con una formación mas técnica y especifica respecto al desenvolvimiento del Estado (que disponen de un valioso capital tanto intelectual, como financiero y de social) y que dieron lugar, como colofón, a los de tercera generación.
Los autores, a través de un abordaje  psico-social propio,  toman diferentes matices que rodean a algunos economistas que tuvieron una relevante injerencia en el desarrollo político de la Argentina del primer tercio del Siglo XX.


Norberto González y David Pollock, “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923- 1943”, Revista Desarrollo Económico, Vol. 30 No. 120 (Ene-Mar. 1991), pp. 455-486.


En esta obra se continúa con el análisis de la obra de Prebisch.

En este trayecto, estos autores retoman la idea de la existencia de una contradicción en el desempeño del economista – contradicción que, a juicio de quien suscribe, también se observa en la posición a tomar por los autores respecto a este –, pero con algunos matices.
Por momentos se le reconoce al autor una postura esencialmente ortodoxa, pero con una aguda critica estructuralista y pesimista respecto a las relaciones de poder en el ámbito internacional.
Los autores remarcan su accionar en la cocina del poder. Si bien lo reconocen como proveniente a un núcleo intelectual, al tiempo de la implementación de las políticas, pudo eximirse de conceptualizaciones teóricas y aplicar las intervenciones que respondiesen al contexto en el cual se encontraba y poder desdoblar su accionar en pos de conceptualizar los hechos a los que se enfrentaba. 
Sin perjuicio de lo arriba expuesto, y de reconocerle ciertos meritos en la resolución de ciertos escenarios, en esencia, los autores reprochan la falta de una profundización en ciertas políticas desarrollistas.
Haciendo un paralelismo con el Keynesianismo, critican que el intervencionismo responde más que nada a una impronta moderadora de las fuerzas del mercado, sosteniendo esencialmente que Prebisch, pasó paulatinamente de ser un ortodoxo a un conservador ilustrado, partidario de combinar la acción del sector privado con la estatal.

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Aporte de Eunice:

Adolfo Gurrieri. Las Ideas del Joven Prebisch, en Revista de la CEPAL nro. 75. Diciembre 2001.
Este texto se escribe en un momento donde se replantea justamente el modelo de acumulación prexistente y se hace palpable la necesidad de la irrupción de uno nuevo tal como le ocurrió en su momento al autor en cuestión. Este texto pone en discusión las bases ideológicas como también las disrupciones que pudieron o no haber originado la crisis de 1929 en Prebisch.
El autor hace un recorrido sobre el pensamiento económico de Prebisch desde su juventud hasta la redacción del informe para la CEPAL. Dicho informe fue un diagnóstico de la situación de la economía argentina y recomendaciones para superar los ciclos económicos cada vez más agudos y donde se presencia las ideas desarrollistas por lo que mejor se conoce al economista. Gurrieri intenta demostrar las rupturas y continuidades que encuentra entre el joven Prebisch de 1921 / 1924 al de 1949.
Gurrieri argumenta que ciertos elementos del pensamiento económico no tuvieron que esperar determinados sucesos económicos, como la crisis de 1929, para que se manifestaran en Prebisch. Y en cierta medida se basa en vagas suposiciones para sustentarlo. Esta visión, discute la suposición dominante de la existencia de dos Prebisch. Uno de carácter neoclásico y otro heterodoxo, marcado por la crisis de 1929. Por el contrario, Gurrieri considera que en el joven Prebisch aparecen varios elementos que se mantienen e influencian su pensamiento posterior.
Efectivamente, el joven Prebisch de 1924 defiende los mecanismos de regulación automática basados en el patrón oro[1] que, entre otras cosas, revertirían los ciclos depresivos propios del modelo agroexportador mediante la liquidación de activos[2]. Este rasgo del pensamiento de Prebisch se mantiene solo hasta comienzos de la década de 1930 donde plantea su inviabilidad y propone una salida heterodoxa de control de cambios, proteccionismo. En el texto, Gurrieri defiende que ya en el joven Prebisch se encuentran cimientes de este pensamiento cuando por ejemplo, rechaza de la visión neoclásica de laissez faire que planteaba Pantaleoni y se acerca a las posturas de Gilde, Bruins y Pigou. O cuando posteriormente en 1927 defiende la intervención estatal sobre el mercado de carne.
Si bien para el joven Prebisch el mencionado mecanismo de saneamiento es válido, no implica la viabilidad del modelo ya que estas no se deben a desequilibrios externos (provocados por una incorrecta política monetaria, como así lo manifestarían J.B. Justo) sino que son propios del modelo. Esta inviabilidad del modelo agroexportador se une a la alta vulnerabilidad que éste trae aparejado. Según Prebisch, la vulnerabilidad se basa en que el desarrollo interno depende de las fluctuaciones de la demanda externa. Estas fluctuaciones son causantes primarias de los ciclos y son los que generan crisis[3].
Por otro lado, advierte una relación de dependencia sujeta a nivel de desarrollo histórico desigual no solo en lo económico sino en lo institucional y social. Según la lectura de Gurrieri, dicha dependencia, además, es parte esencial del funcionamiento y la reproducción del sistema económico global que perpetúa dichas desigualdades. Porque si bien la Argentina obtiene de hecho beneficios en períodos de beneficencia, estos implican cada vez mayores grados de dependencia. De esta manera, Gurrieri enmarca el pensamiento prebischiano con la teoría de centro-periferia.
La irrupción en el pensamiento económico de Prebisch se da en relación a dos elementos. Por un lado, mientras que en la década de 1920 rechaza las posiciones de Norberto Piñero sobre la creación de un banco para regular los ciclos, o de Emilio Frers sobre el establecimiento de una Caja Internacional de Convertibilidad, luego de la crisis, Prebisch será un ávido defensor de la intervención y regulación estatal. Sin embargo, Gurrieri argumentará que este cambio de pensamiento no se dio exclusivamente después de la crisis sino ya se puede percibir anteriormente, como he mencionado anteriormente.
Un cambio sí originado por la crisis será respecto a la necesidad de un cambio de patrón de acumulación basado en el desarrollo industrial como única salida para el progreso económico argentino. Este cambio se da a partir de la crisis de 1929 cuando su diagnóstico indica que los sucesos de la crisis[4] afectan la misma estructura económica interna. No se trataría por ende de un período cíclico recesivo sino de transformaciones estructurales profundas cuya consecuencia inmediata es la imposibilidad de retornar al modelo de crecimiento basado en la exportación de materias primas[5].
Según Gurrieri, la persistente situación de vulnerabilidad, el nuevo panorama global que surge por la reestructuración económica que implicó la gran crisis, determinarán el pensamiento prebischiano de industrialización con demanda interna que se refleja en su forma desarrollada en el nombrado informe para la CEPAL de 1949. El modelo propuesto se deberá sustentar esencialmente en el ahorro interno y canalización a las inversiones productivas[6].
En dicho informe, Prebisch plantea la necesidad imperativa de crear un nuevo patrón de desarrollo basado en la industrialización. Este modelo se alcanzaría mediante la devaluación y el control de cambio de la moneda local, políticas arancelarias para controlar las importaciones[7] que fomenten la producción industrial interna, y la canalización del ingreso mediante obras públicas en aras de disminuir el desempleo y apreciar el poder de compra de la población. El modelo de Prebisch implica cambios estructurales respecto a la producción primaria. La concentración sectorial agraria existente era inviable a su modelo. Sin embargo, la industrialización no eliminará constricciones en la balanza de pagos, por ello el sector primario no será relegado sino que cumple un rol determinante y cada región desarrollara su sector primario acorde a sus particularidades[8]. De esta manera, Prebisch se aleja de concepciones ortodoxas presente en sus comienzos. Por el contrario, el equilibrio vendría de la mano del impacto de las políticas públicas.
La defensa de Gurrieri sobre los orígenes de los elementos heterodoxos del viejo Prebisch es controversial. Según el autor, estos elementos debieron haber estado presentes en la mente de Prebisch porque si no de qué otra manera sería posible superar las desigualdades propias del modelo agroexportador y que ya Prebisch denunciaba desde épocas tempranas. Claramente esta argumentación es inconsistente e insuficientemente fundamentada. Tal vez los intentos de contrarrestar la visión de la existencia de dos Prebisch distintos y antagónicos se exceden y termina encontrando elementos poco identificables.

Jimena Caravaca y Mariano Plotkin, Crisis, Ciencias Sociales y Elites Estatales en Desarrollo Económico del IDES. Año 2007.
En Crisis, Ciencias Sociales y Elites Estatales”, J. Caravaca y M. Plotkin desarrollan un análisis del proceso de construcción del campo de economistas comprendido por el período que comienza entre la creación de la Facultad de Ciencias Económicas y la del del Banco central (1913 y 1935, respectivamente). El autor y la autora analizan los factores que posibilitaron la conformación de un grupo de élite profesional de funcionarios economistas desde la intromisión biográfica de los economistas en cuestión como de los espacios de formación y de desarrollo profesional.
Según el texto, los inicios pueden encontrarse en la creación de la Escuela de Negocios, en 1890 por Carlos Pellegrini, que serviría de preámbulo de la Facultad de Ciencias Económicas, recién creada en 1913. Los motivos del auge de individuos profesionales fue la demanda de respuestas a las crisis económicas y a la modernización que requería el Estado en cuando a la propuesta y ejecución de políticas públicas.
Con algunas influencias de Europa la facultad primeramente caracterizada por una indefinición ideológica pero al poco tiempo se convirtió en confluencia y lugar de discusión de diversas corrientes ideológicas. En sus comienzos, además, tuvo un carácter tendiente a lo práctico por sobre lo científico. Así lo pronunciaba Vicente Fidel López, decano hacia el año 1919 cuando pronunciaba que en la facultad no se hacía ciencia, se aplicaba. Sin embargo, esto comienza a cambiar rápidamente y se inicia el debate sobre la naturaleza de la Ciencia Económica como Ciencia Social o Exacta. Dos referentes al respecto fueron Augusto Conte McDonnell y Roque L. Gondra, respectivamente.
A diferencia de otras facultades universitarias, la matrícula se componía mayoritariamente de las clases populares, que veían una oportunidad tanto en la búsqueda de una salida laboral o la carrera como ascenso social. Hasta entrada la década de 1930, la facultad arrojo pocos resultados en cuanto a brindar respuestas a los debates sociales. Sin embargo, esto también fue cambiando lentamente a medida que se crearon revistas especializadas.
La facultad fue cuna de dos revistas especializadas donde eminentes estudiantes fueron publicando sus primeros artículos y donde se comenzaron a debatir públicamente temas relacionados a la economía particularmente.
El autor y la autora hablan de tres o cuatro camadas de economistas que conformaron la elite de profesionales que llegarían a ser los formuladores de las políticas económicas y, –en el caso de este estudio en particular- gestores de gobierno.
Una primera ola estuvo conformada por individuos como Alejandro Bunge. Individuos provenientes mayoritariamente fuera del ámbito específico de la ciencia económica y tienen un perfil multidimensional. Son ingenieros, profesores, economistas, empresarios, con una fuerte impronta teórica, con estrechos lazos sociales internacionales y que ocuparon diversos cargos tanto en el ámbito público pero preferentemente privado. Ellos “vienen” con un capital social que les abrió puertas profesionales. Uno de los temas principales de debate de esta camada fue sobre el proteccionismo y la sustentabilidad del modelo agroexportador.
Con la segunda camada de profesionales, estas demandas comienzan a cubrirse y se consolida la creación de un grupo de técnico burócratas estrechamente relacionado a cargos estatales. Se trata mayormente de egresados de la Facultad de Ciencias Económicas y llegarán a cubrir puestos académicos y del Estado como expertos en materia de política económica. A diferencia del grupo anterior, éste no necesariamente disponía de ese capital social anteriormente mencionado, sino que eran jóvenes egresados de la facultad y no prevenientes de grupos económicos poderosos. Este proceso se dio de la mano de una transformación en la apreciación social sobre la economía, ahora en tanto a ciencia, quien se valoriza socialmente y los diagnósticos y propuestas de estos referentes pasara a tener cada vez más legitimidad social al punto de disputar la validez a discusiones del ámbito parlamentario. La crisis de 1929 iba a resignificar la necesidad de debates y respuestas sobre cómo afrontar la situación y definir un camino de desarrollo viable. De esta manera se fue conformando este grupo de poseedores del conocimiento y el saber capaces de legitimar o no cualquier tema de economía. Según Caravaca y Plotkin, esto implica un profundo cambio ya que “no es lo mismo hablar en nombre de una corporación que hacerlo en nombre de la ciencia”[9].  Un referente de este grupo fue Raúl Prebisch.
La tercera camada analizada por Caravaca y Plotkin estaría conformada fundamentalmente por discípulos de Prebisch quien había reclutado a lo largo de su trayectoria por diversas instituciones y organismos del Estado. Este grupo de técnicos estatales, además de heredar y perpetuar el título de poseedores del conocimiento, eran considerados como especialistas para ejecutar las políticas y ya no solo analizarlas y valorarlas. Tenían un camino marcado y se caracterizaron por destacar por su capacidad y no por procedencia corporativa. Esto se cristalizó aún más cuando el general Justo toma el poder en 1932 y bajo la dirección de Prebisch se conforma el grupo que elaboraría el Plan de Acción Económica Nacional. Este grupo tuvo participación en la concepción previa a la creación del Banco Central. Un referente de este grupo es Ernesto Malaccorto, hijo de inmigrantes, fue funcionario, destacado por la academia. Ejerció cargos en el Banco Nación y en órganos del Ministerio de Hacienda.

N. González y D. Pollock, Del Ortodoxo al Conservador ilustrado.
Este texto da una cuenta detallada de la trayectoria profesional y del pensamiento de Raúl Prebisch. Contempla las transformaciones ideológicas y las causas que originaron a estas y por ultimo las relaciona con los aconteceres y los propios cambios de pensamiento que se venían dando fuera de la Argentina. Cabe mencionar que los autores añaden fragmentos de primera mano sobre la propia opinión de Prebisch desde una mirada retrospectiva a partir de entrevistas.  Los autores aducen a Prebisch como un conservador ilustrado ya que si bien a partir de los sucesos internacionales y locales de 1930 se plantea la necesidad de realizar transformaciones y buscar nuevas respuestas, estas no replanteaban el sistema capitalista sino modificaciones de algunas de sus reglas.
Según el texto, Prebisch recibe una formación de la economía clásica y se recibe siendo un defensor del patrón oro y del buen funcionamiento del libre mercado. Sin embargo, a raíz de dos informes que elabora para la Sociedad Rural Argentina[10] comienza a dudar sobre este punto al observar que existen imperfecciones a su libre funcionamiento. Aquí podemos decir que los autores están de acuerdo con Gurrieri al afirmar que en este momento ya se observan elementos del pensamiento de Prebisch cepalino y pos crisis.
Mientras ejercía el cargo de subsecretario de Hacienda (nombrado en 1930), Prebisch se dedica a buscar soluciones para el grave problema de la balanza comercial, la inflación y el déficit fiscal. Si bien al principio intenta aplicar políticas ortodoxas (recorte presupuestario, despidos en el sector público y caída del salario), rápidamente comprenderá que estas no harían más que perpetuar la situación y no atacaba el problema de raíz. Es así como comienza a combinar políticas ortodoxas con otras de corte heterodoxo como la aplicación del “impuesto a los réditos”, facilidades al crédito. Por otro lado, Prebisch tuvo dos experiencias muy relevantes porque marcaron un quiebre en su apreciación al modelo agroexportador y desde aquí en más va a comenzar a apreciar la necesidad de aplicar un cambio estructural de la economía argentina, especialmente por las transformaciones mundiales que tendrían un altísimo impacto para el país. En la Conferencia Económica y Monetaria Mundial (1933) y el pacto Roca-Runciman. Los países desarrollados estaban abandonando el patrón oro lentamente a raíz de no poder llegar a un acuerdo en materia monetaria a nivel mundial. Tampoco fue posible hacer esto de forma ordenada para evitar desequilibrios y cada país lo hizo a su manera y tiempo. En la conferencia Prebisch además experimentará de mano propia el poco interés de las potencias mundiales sobre los problemas de la periferia y ni siquiera los aportes que esta podía hacer. Al respecto, Prebisch dirá “sólo las superpotencias discutían […] pronto me di cuenta que yo no tenía que hacer nada con estos temas”. A raíz del pacto le será evidente el nivel de subordinación y dependencia de la economía argentina con la británica a tal punto que no se trató de una negociación en términos equitativos sino que se trató de acentuar lo más posible y casi a cualquier costo el agravamiento que representaba la subida de aranceles a la carne. Dada la grave situación de la balanza comercial había que evitar esto a toda costa, según afirmaría Prebisch. Al respecto es interesante mencionar la opinión sobre su rol. Al respecto diría “Yo tenía la visión de un tecnócrata. Creía que, si yo hacía las cosas bien, estaba libre de responsabilidad política. Pero las cosas no eran así. En consecuencia, he sido calificado como un hombre de derecha, algo que yo nunca me he considerado ser”. A partir de estas experiencias Prebisch dirá entonces que el enfoque debiera estar en el mercado interno. En sus propias palabras, “Inicialmente yo había sido un liberal en economía, nutriéndome con ideas liberales. Pero confrontado con la depresión global, tuve una tremenda crisis teórica”.
A partir de 1933 será asesor de los ministros de Hacienda y de Agricultura, Pinedo y Duhau respectivamente a quienes propuso medidas acordes a su nueva forma de interpretar los problemas de la economía interna y las posibles soluciones, cada vez más alejándose de la ortodoxia. En este contexto surge el Plan de Recuperación Económica Nacional que contenía métodos keynesianos y heterodoxos. Un rasgo de este plan era el enfoque sobre el sector agropecuario. El plan estipulaba medidas proteccionistas que garantizaran y promovieran la producción de materias primas. Además, el plan incluía medidas proteccionistas de la producción industrial nacional mediante control de cambio y políticas arancelarias.
En 1934, Pinedo le encomienda realizar un esbozo para la creación de un Banco Central. Pinedo había sido contrario a su creación en el pasado, confiado del funcionamiento del patrón oro, pero a este también, la experiencia le habría hecho cambiar algunas posturas. Hacia 1931, Prebisch había conformado una comisión de economistas que venía estudiando el sistema bancario y analizando la necesidad y la manera de crear semejante institución. Además se invitó a un especialista británico, Otto Niemeyer. En el texto se indican las diferencias entre el esbozo de Prebisch y del invitado. En resumen, este último no contemplaba problemáticas específicas del sistema financiero argentino y se puede decir que se reducía a reproducir el Banco Central de su país. Al respecto, recibió varias críticas de Prebisch quien veía la necesidad de introducir elementos anti cíclicos, de control de cambio y de llevar a cabo un saneamiento de la situación bancaria, ausentes en proyecto de Niemeyer. Por otro lado, para Prebisch los demás bancos debían estar bajo dependencia del Banco Central mientras que para el invitado británico, estos solo deberían presentarle a este sus balances. En 1935 se crea el Banco Central, Prebisch siendo su primer gerente general. Desde aquí Prebisch se destacó por utilizar el BC por fuera de la forma tradicional para impulsar el crecimiento económico. Por otro lado, recibió críticas por haber pagado deuda a pesar de la situación recesiva. Prebisch será apartado del cargo, en 1943, a raíz de disputas sobre el nivel de autonomía de la institución con el nuevo gobierno.
Según los autores, el caso de Prebisch no es aislado y se observa que a nivel mundial en varios países la experiencia de la realidad hacía necesario alejarse de recetas ortodoxas para buscar nuevas soluciones. Por otro lado, encuentras ciertas semejanzas e influencias de Keynes. Prebisch publicaría un libro para difundir las ideas del economista inglés. Sin embargo, a diferencia de éste, Prebisch proponía no solo políticas heterodoxas anti cíclicas sino que además veía indispensable un cambio estructural de modelo económica para la argentina basado en la industrialización.

Miguel Ángel Scenna, F.O.R.J.A. Una aventura argentina. Capítulo.
Este es un capitulo dentro del libro de Scenna que describe las múltiples denuncias que hará el forjismo al poder económico y político del momento. Se base en el manifiesto de FORJA donde se refleja la postura de la agrupación sobre diversos temas. En general destaca de este capítulo como del documento en cuestión, el alto contenido anti imperialista: “se ha impuesto a la República una tiranía económica, ejercida en beneficio propio por capitalistas extranjeros”. Otro tema que atraviesa todo el texto de forja es que los gobiernos actuaron en contra de la soberanía nacional.  
En relación con los otros textos, aporta una visión crítica interesante. El manifiesto forjista pone de relieve como el gobierno argentino accedió a determinados intereses extranjeros que a continuación se reproducirán de forma abreviada. Este texto es una clara denuncia al orden impuesto por la dictadura de Uriburu y una forma de visibilizar los aspectos más positivos del yrigoyenismo.
Parte de las denuncias del manifiesto que Scenna comentará en este texto es, justamente, la creación del Banco Central. Al respecto no solo critican el involucramiento de las potencias extranjeras en su directorio sino también el secretismo y la falta de transparencia hacia con el pueblo. También rechazan el grado de privilegios brindados al organismo, que, estando “en manos del imperio”, ponían bajo su órbita a todo el sistema bancario. 
Por otro lado, el texto forjista denuncia el otorgamiento de los ferrocarriles y otras vías de transporte a Gran Bretaña. El cese de relaciones diplomáticas con Rusia habría sido otra reverencia hacia el imperio. El manifiesto subraya que haber renunciado a los acuerdos comerciales con Rusia, convenientes para la Argentina, solo beneficiaba a Gran Bretaña como único comprador de las exportaciones argentas.
Además, denuncian el impacto de los ajustes ejecutados sobre la población que solo beneficiaban al poder económico extranjero no denunciando así a los poderes locales que también se beneficiaban con dichas medidas.
El manifiesto pone en cuestión si la dictadura de Uriburu tendría que ver con la posible nacionalización que iba a llevar a cabo Yrigoyen sobre YPF. Cosa que ahora desde la financiación del flamante Banco Central con fondos del Banco Nación quedaba por demás de descartado.
En resumen, en este texto, Scenna comenta el manifiesto forjista, documento cuyo objetivo es denunciar una serie de problemáticas relacionadas con la pérdida de soberanía nacional y el avance imperialista en el país. Rescata el intento del conjunto de autores por transmitir al pueblo estos hechos manifestando que el alto grado de enajenación de la población había hecho posibles todos estos atropellos.

Tulio Halperín Donghi. La República imposible.
Este documento es una recopilación de discursos y artículos periodísticos o radiales de funcionarios y/o académicos. Algunos conforman un diálogo, otros duros debates y hasta acusaciones de asesinato. Ser tratan temas de actualidad para le época como la inflación, el patrón oro, la situación de la balanza de pagos, el sector agropecuario y en particular la exportación de carnes, las relaciones bilaterales comerciales con Gran Bretaña y el violento suceso en el senado, el 23 de julio de 1935.
Entre los textos destacan el planteo de la situación de L. Duhau para la Cámara de Comercio Argentino-Norteamericano de octubre de 1933 por el cual el mismo se propicia en contra de medidas clásicas ortodoxas y propone buscar nuevas alternativas prácticas y teóricas.
Respecto de la situación monetaria y el valor de la moneda se pronunciaba en diciembre de 1933 por radio F. Pinedo rechazando el patrón oro. A su vez, R. Prebisch defenderá esa misma posición en un artículo publicado por La Nación en 1934.
Por otro lado, Lisandro de la Torre criticando las medidas del gobierno en cuanto a la exportación de la carne en la sesión parlamentaria del senado en junio de 1935. Al respecto, De la Torre denuncia la pretensión de sectores concentrados en acaparar las exportaciones de carne ante el aumento de la cuota de exportación de carnes de menor calidad. En julio de 1935, Duhau le responde diciendo que ha sido el gobierno británico el que ha puesto límites a la importación de carne no proveniente de los grandes frigoríficos y que además esto no es consecuencia del pacto firmado sino una media unilateral de ese país.
Por último, Lisandro De la Torre en septiembre de 1935 se manifestaba ante el asesinato en precinto del senador Bordabehere asesinado a quemarropa por Valdez Cora ante una disputa entre el ministro de agricultura, Duhau y él mismo acusándolo de autor intelectual.

Plan de Reactivación Económica ante el Honorable Senado (1940). Proyecto de ley.
El 14 de noviembre de 1940 se debate el proyecto de ley del Plan de Reactivación Económica. Sus autores fueron Prebisch y Pinedo con colaboración de Malaccorto y Klein. Este documento representa las bases de un plan de desarrollo industrial cuyas características representan el pensamiento como vimos anteriormente de Prebisch. Este plan propone alejarse del modelo agroexportador e inducir un periodo de industrialización. El problema de déficit  de la balanza comercial se solucionaría bajando las importaciones y sustituyéndolas lentamente por producción nacional. Para eso, es condición necesaria mejorar la capacidad de compra del salario y estimular el consumo interno. Manifiestan que la orientación externa produce una alta vulnerabilidad de la economía ante las fluctuaciones de los países centrales, compradores de materias primas. Cuando estos entran en crisis o ponen barreras a las importaciones, se produce una crisis en la balanza comercial por lo cual es imposible adquirir la misma cantidad de productos extranjeros y la calidad de vida de la población cae. Como se ve, el plan implica la intervención y regulación de los mercados por parte del Estado. Por ejemplo, mediante la compra de excedentes del sector primario cuyos productos no pueda vender al exterior o mediante la inversión en obra de infraestructura. Además, plantea herramientas para la facilitación del crédito. Un dato que destaca es el planteo de la creación de un mercado con países limítrofes de integración regional capaz de coordinar políticas de desarrollo industrial complementarias. Por último, la regulación estatal se verifica con medidas proteccionistas a la industria mediante el establecimiento de aranceles.



[1] El patrón oro implica la fijación de la moneda local al oro. En períodos de “confianza” y afluencia de divisa se produce una expansión de la oferta de la misma. Según el joven Prebisch ésta es “excesiva” y genera un crecimiento ficticio y especulativo de la economía. Sin embargo, es el mismo patrón que de forma independiente se encargaría de equilibrar dichos excesos. Cuando el déficit de la balanza de pago aparejada al aumento de importaciones se cubre con la salida de reservas invocando la depreciación de la moneda local, restricciones al crédito y por ende recesión acompañado de la liquidación de activos para cubrir el pasivo. De esta manera, se equilibra la balanza comercial, obteniendo nuevamente superávits, dando inicio a una nueva etapa ascendente del ciclo.
[2] A respecto, Prebisch rechaza el diagnóstico del Partido Socialista Argentino y su principal referente, J.B. Justo, que explica los desequilibrios como un exceso de emisión monetaria.
[3] Prebisch va a jerarquizar los factores externos sobre los internos, adi que éstos son difíciles de analizar.
[4] Marcado por la caída del ingreso de capital externo, de la demanda y por ende de los precios de los productor de importación primarios, como fundamentalmente también del deterioro de los términos de intercambio.
[5] Esto se debe fundamentalmente a dos factores. Por un lado, por las modificaciones de la política estadounidense basada en el proteccionismo y atracción de capitales y por otro, por la desventajosa posición de negociación comercial, manifiesta, entre otras cosas, en el pacto con Inglaterra, Roca-Runciman.
[6] Prebisch no descarta que el ahorro externo seguirá siendo necesario, este debe ser el justo y necesario. De otra manera, termina ejerciendo presión sobre la balanza de pagos.
[7] De esta manera, Prebisch quiebra con su previa defensa al patrón oro.
[8] Aunque no explica cómo compaginar la restructuración del campo con la dependencia del modelo en cuanto a las exportaciones ya que una reducción de la productividad es de suponer ante dichos cambios.
[9] J. Caravaca, M. Plotkin, “”, pagina 414.
[10] “Anotaciones sobre la crisis ganadera” (1923) y “El pool de frigoríficos: Necesidad de intervención del Estado” (1927).

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Aporte de Alan

El texto de Adolfo Guerrieri busca analizar el pensamiento económico de Prebisch. El autor considera de que no hay una ruptura en sus ideas con el crack del 29, sino que confirma ciertos análisis entre su etapa de juventud y el informe de 1949 en la CEPAL.
Prebisch busca como mejorar las condiciones de vida de la población y para que esto ocurra, considera que es necesaria una industrialización. Esto de debe a lo vulnerable que considera a una economía basada en a exportación de productos primarios, ya que depende del impulso de la demanda externa y de los capitales externos. Sin embargo, considera que para no caer en un cuello de botella, se debe seguir exportando materias primas. Ademas de lograr un gran ahorro interno.
También considera, aunque no es un tema que aborde en la mayoría de materiales, que el sistema agro-exportador, genera una gran desigualdad social. Esto se debe a la posesión de la tierra en pocas manos, es decir el latifundio. También lo relaciona el poder de esta oligarquía en el gobierno y en el estado. Por eso, cuando llega a ser funcionario en los primeros años de los ´30, toda su propuesta heterodoxa (la cual incluye por ejemplo crear el BCRA), la justificaba en el contexto mundial de esos años, diciendo que era temporaria. Esto lo decía para obtener consenso.

El Texto de Jimena Caravaca y Mariano Plotkin, busca entender porque los economistas estatales pueden  legitimar los distintos procesos políticos, a diferencia de otras disciplinas con mayor historia. Más aún en momentos de crisis como los de 1930.
Los autores mencionan que, con el auge del modelo agro-exportador y, por ende, la complejización de la economía, fue necesaria la construcción de escuelas de comercio especializadas en primer lugar y de la FCE en segundo. Sumado a esto, menciona el nacimiento de dos publicaciones dedicadas a la disciplina; la Revista de Ciencias Económicas  y la revista de Economía Argentina , la cual era dirigida, en primer lugar, por A. Bunge.
Posteriormente, plantean que se puede encontrar tres tipos distintos de economistas, los cuales están relacionados entre si. El primer caso, al cual pertenecería Bunge, son los de primera generación. Éstos tienen vínculos con los funcionarios, el mundo de los negocios y en el ambiente académico.  Posterior a éstos, pero gracias a su desarrollo previo, surgen los de segunda generación, a la cual pertenecería Prebisch, ya que se destaca en esta categoría el ser  formada por profesionales de la economía, con grandes conocimientos técnicos, siendo su ámbito de inserción tanto la función publica como la de asesoramiento/consulta. Finalmente se encuentran los de tercera generación, los cuales se basan en el saber técnico que poseen, siendo este saber especifico el que les brinda legitimidad.

El material de Norberto González y de David Pollock, también analiza la figura de Prebisch. Analiza,  la evolución de sus ideas y como se materializaron en sus años en lo más alto de gestión publica. También plantea que muchas veces fue la necesidad la que lo llevó a innovar y no una ideología determinada.
Plantea también que, dentro de su periodo de formación, hay dos materiales en el cual ya se pueden observar ciertas lineas de acción que serian tomadas posteriormente. Escribe dos textos: uno sobre la crisis ganadera y otro sobre los frigoríficos ( 1923 y 1027). En ambos concluye que es necesaria una intervención estatal en la economía.
Durante la dictadura militar de Uriburi, ejerció el cargo de sub secretario de hacienda hasta 1932. En el mismo, proponía una salida liberal a la crisis:el ajuste. Sin embargo, al concluir que no se iba a solucionar la situación económica con medidas ortodoxas, comienza a llevar adelante medidas polémicas para esos años. Entre ellas podemos mencionar que se introdujo el control de cambio, impuestos selectivos a las importaciones y el cobreo de impuestos progresivos sobe el ingreso. También buscaba lograr una industrialización por medio de la intervención del estado. Para este objetivo, expandió el crédito a la industria y a la agricultura.
En 1933, a pedido del presidente del banco nación, forma parte de dos comitivas internacionales: La conferencia económica y monetaria mundial y de la delegación que viajo a GB para firmar el pacto denominado roca-runciman. Ambas experiencias fueron negativas, lo cual lo llevaba a pensar que para superar lo generado por el crack del 29, debía apostar a la industria local. Sin embargo, tuvo un gran acercamiento teórico con Keynes, a pesar de mantener una postura critica en varios aspectos.
A partir de las rancien mencionadas experiencias, Prebisch confirma de que no se podía esperar mucho de la cooperación multilateral como tampoco de pactos bilaterales, ya que la Argentina era un país débil. Por eso, vuelca su atención al mercado local y lleva adelante el Programa de Recuperación Económica, siendo un momento de quiebre en la política económica del país. Esto lo hizo mientras era asesor del ministro de hacienda y de agricultura. Con este plan, buscaba fortalecer  balanza de pagos, expandir el ingreso y fortalecer la industria nacional. Sus medidas principales fueron la Junta Reguladora de granos y amplió los controles de comercio y de cambios. A pesar de estas medidas, podemos decir que la más importante que llevo adelante fue la creación del BCRA en 1935 (dejó su cargo con el golpe del 43). El mismo, tenia una función heterodoxa. Éste tenia como objetivo moderar las fluctuaciones del ciclo económico, ya que buscaba absorber recursos financieros en momentos de auge económicos y liberarlos en momentos de baja, es decir, estaban adaptados a las necesidades del país. Prebisch, también fue criticado por ser responsable que la argentina sea uno de los pocos países del hemisferio en continuar pagando la deuda externa en los años de depresión. Por ultimo, una de sus principales iniciativas fue, durante la Guerra Mundial, en los años 1942/3, con las dificultades del comercio internacional, logra imponer la idea de industrialización. Para eso, apareció un concepto incipiente, el cual desarrollaría luego, el de selectividad, otorgando distinta prioridades a los sectores económicos.

El texto de M. A. Scenna, analiza un material de FORJA, de 1935, en el cual denuncia un estatuto de coloniaje. Esto se debe, entre varias cuestiones, a que, desde el golpe militar de uriburu, se conformó una comisión encargada de realizar una reforma monetaria y bancaria, que esta integrada por representantes, como por ejemplo Roberts, que defendían los intereses de Inglaterra y sus capitales. También critican a Prebisch ya que el proyecto del BCRA. Consideran que éste, no fue discutido en ninguna estancia parlamentaria, ni tampoco fue difundida entre los distinto sectores de la población. Ademas, su directorio estaba conformado por representantes extranjeros y privados.  También, la ley que ha de crearlo, posee una gran cantidad de privilegios a los bancos los cuales, por ejemplo, no pagan impuestos a los réditos o tampoco no deben presentar balances.
El autor afirma que las cuestiones aquí enumeradas, entre otras, solo se hicieron publicas luego del material de FORJA.  También es uno de los primeros en denunciar la situación en la que se encontraba Argentina y posee una visión critica de lo que estaba ocurriendo. Ademas, es claramente el único material “estrictamente político” de la unidad, claro ejemplo de eso, es la gran palabra con la que termina el texto: CIPAYOS!


La selección de fuentes de Halperín Donghi, posee varios discursos de los funcionarios que debatieron sobre los problemas, a partir del crack del 29, de  la situación económica general  y del modelo agro-exportador. Dentro de las intervenciones podemos encontrar a Federico Pinedo, a Luis Duhau, a Prebisch y a L. De la torre.
Se plantean cuestiones en relación al golpe de estado y la democracia, también sobra la imposibilidad de Argentina de continuar comprando mercancías en EEUU. Esto se debe a que este país, ha disminuido notablemente los productos argentinos y que, por ende, no quedaba otro para obtenerlos que industrializar. También se habla del problema que es la inflación, el valor de la moneda y sobre los sectores que se ven beneficiados en este proceso. Por ultimo, esta el debate en relación al pacto R-R, el rol de los frigoríficos locales y el monopolio que ejercían. Ademas, como ésto, perjudicaba al estado y a los productores y cierra hablando del asesinato de  Bordabehere, y como se encuentra implicado el ministro de agricultura Duhau.

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Aporte de Elio:

El texto de Caravaca-Plotkin[1] “Crisis, Ciencias Sociales y Elite estatales:…” indaga acerca de las raíces de un proceso que llevó a que los economistas estatales se hayan constituido como “otorgadores de legitimidad” parar la práctica política. Se analiza su éxito frente al de otras disciplinas que se encontraban más consolidadas.
En primer lugar se advierte que las crisis de la modernidad, sea la de 1890 como la de 1930 ponen de manifiesto situaciones más o menos complejas en las que el Estado interviene de manera creciente a fin de enfrentar sus efectos, para esto necesita estudiosos cada vez más técnicos y especializados. El texto repasa la fundación de escuelas de comercio especializadas, y para fin en 1913 la Facultad de Ciencias Económicas. La necesidad de la FCE, además de lo mencionado, surge a raíz de la complejización del comercio en un contexto de auge del modelo agroexportador (MAE), y su necesaria administración.
Más adelante, se pone el foco en la creación de dos publicaciones bien importantes: la Revista de Ciencias Económicas (RCE) y la revista de Economía Argentina (REA), ésta última dirigida en primer lugar por A. Bunge. En el texto resaltan la figura de A. Bunge en su idea de promover el abandono del MAE y “proteger las industrias que utilizaban materias primas locales”. Destacan además una figura de Bunge en tanto empresario, profesor e ingeniero. Lo que lo llevaba a tener relaciones con distintos sectores del poder. Esto constituiría un tipo ideal de economista.
Este es el centro del artículo. Según los autores se podrían encontrar tres clases de economistas: Economista de primera generación sería, como Bunge, aquel que posee vínculos con el mundo académico, los negocios y la función pública. Con una sólida formación técnica.
Según los autores a medida que se consolidaba este grupo, fue surgiendo, una segunda generación de economistas. Esta segunda generación estaría formada por profesionales técnicos de la economía, también con sólidos conocimientos técnicos, legitimados en la función pública, y fuente de consultas. Esta segunda generación no sustentaría su legitimidad en sus vínculos socio políticos, si no en su “competencia profesional”. Para este grupo se toma como ejemplo a Raúl Prebisch. Éste es mencionado como investigador de la FCE y de la SRA SRA, y como “constructor de instituciones”; título que se le asigna por la fundación de varias instituciones que lo llevan a, siendo subsecretario de hacienda, la formación del BCRA.
El texto concluye que de esta forma, se abriría camino a una tercera generación de economistas cuyas carreras descansarían completamente en “ser reconocidos como poseedores de un saber específico, legitimado y demandado” y en sus habilidades puramente técnicas.
En “Las ideas del joven Prebisch”[2] se indaga en el pensamiento económico de Prebisch. El propósito del texto es demostrar que no existió una ruptura entre una primera postura ortodoxa, para luego pasar a una más heterodoxa, sino que el autor se encuentra con continuidades entre el joven Prebisch y aquel que realiza el informe en ´49 para la CEPAL.
Desde sus primeros estudios, encuentra que el modelo basado en la exportación de productos primarios (el MAE) poseía vulnerabilidades intrínsecas dada la dependencia de la demanda externa y del capital extranjero. Asimismo, considera a este modelo como generador de desigualdad social en tanto que los beneficios de la exportación no se distribuyen de manera equitativa debido a que la propiedad de la tierra está concentrada en grandes terratenientes.
Otra preocupación de Prebisch, eran las fluctuaciones de la economía argentina. Esto lo llevó a analizar en profundidad el Balance de Pagos. Esto se verá reflejado en la fuente 2 “Plan de Reactivación Económica” del cual participó. Además, esto es utilizado por el autor del texto para demostrar las continuidades entre las preocupaciones de Prebisch en sus comienzos y de aquel que redacta el informe CEPAL y participa del Plan Pinedo.
Con una propuesta similar en, “Del ortodoxo al conservador ilustrado”[3], se analizan las ideas de la de Prebisch y la evolución de sus ideas y se pregunta las causas de estas variaciones. Se pregunta si se tratan de búsquedas intelectuales personales o si obedecían más a cuestiones técnicas (se pueden entender en términos de Caravaca-Plotkin) o más bien políticas (como se verá en FORJA más adelante).
Este texto también aborda la cuestión del debate suscitado en torno de la crisis ganadera respecto de lo que concluye que es necesaria una intervención estatal, pero que no existe un grupo monopolista en primer término de frigoríficos que controlen los precios. Al igual que Gurrieri se plantea que estas cuestiones se encontraban en sus primeros trabajos y que surgirán nuevamente en su papel como funcionario en sus propuestas políticas.
Sin embargo aquí se resalta que las propuestas de Prebisch, en primer lugar habían sido ortodoxas y que a medida que descubre que no se encontraba frente a una crisis común, comienza a indagar en medidas de corte heterodoxo, o con una leve intervención del
Estado en la economía. Luego el texto se enfoca en su “experiencia internacional” en el papel de asesor a la delegación que firma el Pacto Roca-Runciman, que le valdrá sus críticas por las condiciones desfavorables obtenidas. Por último, el texto repasa sus ideas en el marco del “Programa de Recuperación Económica” que introdujo una serie de modificaciones en torno de la creación del BCRA, creación de juntas de granos y ordenar medidas de política monetaria. Hasta aquí, el texto muestra el paso de Prebisch desde la ortodoxia a plantear una serie de medidas heterodoxas. Pero luego de su expulsión del BCRA en 1943, y durante la segunda guerra mundial, entró en una etapa en la que impulsó la industrialización y, aunque de manera incipiente, cierto desarrollismo.
La idea mencionada hasta aquí acerca de la evolución de los economistas y el pensamiento de Prebisch, entra en contraste con lo mencionado en el capítulo 5 del texto: “FORJA una aventura argentina”[4].
Este capítulo se pregunta, si la organización, tenía una “verdad” que revelar a la sociedad y hasta qué punto se estaba ante una tragedia argentina. Tomando como disparador un folleto propagandístico de la organización FORJA: “Manifiesto al pueblo de la República” publicado en 1935 en el cual se denuncia la conformación de un “Estatuto del Coloniaje”.
El texto de Scenna analiza los principales puntos que llevan a FORJA a sostener esta idea. Así, encuentra, que desde la instauración del golpe del ´30 se nombró una comisión encargada de una reforma bancaria y monetaria, la cual estaba constituida por representantes con, al menos, conflictos de intereses. Entre ellos, figura Prebisch. El texto de FORJA llama la atención sobre el nombramiento de otro integrante: Robert Roberts, representante directo de intereses del capital inglés. Asimismo los asesores designados para el análisis de la propuesta de creación de banco central, fueron enviados por Inglaterra.
El manifiesto denuncia que el proyecto se aprobó sin discusión en el senado y sin publicidad para que se pudiera conocerlo el pueblo, mientras que sí era bien conocido por los banqueros privados. En opinión de FORJA el proyecto de creación del BCRA no era el de creación de una dependencia argentina sino de un banco extranjero, principalmente, dada la representación de su directorio. En la ley que daba forma al BCRA se enumeran una serie de beneficios privilegios y exenciones ilustrativas de sus argumentos, como ser la exención de la obligación de presentar balances, no pagar impuesto a los réditos o el derecho a exigir al gobierno argentino que se le presente un informe trimestral de recursos y gastos. Un punto importante cuestiona el hecho de que quede en manos de este organismo la capacidad de emitir billetes sin respaldo en oro; es decir, el abandono del patrón oro con la consecuencia de que el papel moneda queda sin respaldo. Esto es criticado desde la idea de que sería este BCRA el que pueda disponer devaluaciones (que de hecho luego hizo) y a que no se garantice ningún billete con reserva en oro. De ésta y otras reglamentaciones surge que la política monetaria quedaría en manos de BCRA. Nuevamente, en el manifiesto de forja tampoco está bien visto. Sin embargo, esto hay que leerlo en clave de que se entiende al BCRA como banco extranjero con poder dictatorial.
Luego repasa la constitución del instituto movilizador de inversiones bancarias que tiene un derrotero similar. Con la intención de activar algunos sectores de la economía, pero nuevamente formado por personajes que representaban intereses de los frigoríficos o de la banca internacional.
Esto continúa con cada uno de los puntos del manifiesto de FORJA.
Lo que el texto de Scenna afirma es que muchas de estas cuestiones verdaderamente fueron dadas públicas a partir de la publicación de forja. Y evidentemente es así, dada la visión diferencial que aquí se tiene de Prebisch, de las políticas impulsadas por él, y de su participación en ciertas organizaciones como el BCRA.
El manifiesto de forja fue cuidadosamente elaborado y se constituye en una aguda crítica a hechos, que según Scenna, podrían tratarse de esa “verdad” a la que referían y no era aún conocida de la tragedia argentina. Scenna cita a Hernandez Arregui y dice que este documento es el primer análisis científico del proceso imperialista en la Argentina y se hacía luz sobre el contenido de las leyes de la dependencia”
En cuanto a las fuentes de consulta, en “La república imposible”[5] encontramos los discursos pronunciados por funcionarios que integraban tanto el ministerio de hacienda como el parlamento y representan los principales exponentes de las ideas económicas de la época. Entre ellos, se encuentran Pinedo y Prebisch, que son los participantes del Plan de Reactivación Económica. Se encuentran discusiones acerca del rol de los frigoríficos en el mercado de carnes argentino. El asesinato de Bordavehere, la postura de Lisandro de Latorre y la vinculación nunca investigada del minsitro de agricultura Duhau.
La segunda fuente se trata del Plan de Reactivación Económica o plan pinedo. El mismo se caracteriza por ser un plan programático con varios puntos a abordar de manera bien determinada. Se remarca desde el comienzo que el Estado tendría una intervención moderada en la economía como facilitador de las condiciones para el crecimiento de la actividad privada. Se describen las medidas que se deberían tomar en sentido de tres puntos principales: aumentar el poder de compra de la población y la actividad económica. Propender la industrialización y la construcción, y la ingeniería financiera necesaria para canalizar los recursos disponibles hacia esos sectores. Por último, y pudiendo advertir la influencia de Prebisch, se detalla la situación de las cuentas externas y del balance de pagos.


[1] Plotkin, Mariano. Lic. En Economía. Dr. En Historia. Investigador del centro de investigaciones sociales (CIS); Caravaca, Jimena. Lic. en Cs. Políticas Doctora en Ciencias Sociales (FSOC/UBA), Doctora en Historia (París 7 Diderot), Master en Ciencias Sociales (FLACSO Argentina)
[2] Gurrieri, Adolfo: Ex-Director de la división de Desarrollo Social de la CEPAL.
[3] “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923-1943”
[4] Scenna, M. Historiador, Médico, colaborador de la revista Todo es Historia, dirigida por Félix Luna.
[5] Tulio Halperín Donghi

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Aporte de Ayelén

A diferencia de los autores que ubican un quiebre en el pensamiento de Prebisch con la crisis de 1929, que habría hecho que pase de un pensamiento ortodoxo a uno heterodoxo, Gurrieri plantea que en realidad el pensamiento de Prebisch presenta continuidades desde sus comienzos en la década del ’20 hasta la elaboración del Informe ante la CEPAL en 1949, considerado un pilar fundamental del pensamiento estructuralista. Con el objetivo de descartar esa división simplista de la evolución del pensamiento de Prebisch en dos momentos, Gurrieri rastrea algunos de los postulados principales de Prebisch a lo largo de su obra para resaltar que estuvieron presentes desde el comienzo y descartar que recién con la crisis del ’30 haya logrado ver los defectos del patrón primario exportador.
Entre las ideas principales del Informe de 1949, donde formula los lineamientos de una estrategia para impulsar el desarrollo económico en América Latina, resalta la idea de que dicha estrategia no tendrá éxito si la actividad económica continúa concentrada en la producción y exportación de productos primarios de la periferia al centro (lo cual genera una fuerte vulnerabilidad externa, concentra la riqueza en los países del centro por la relación de precios del intercambio a favor de los productos industriales, no se incorpora la suficiente fuerza de trabajo ni se puede aumentar sistemáticamente su productividad). Propone a cambio una estrategia en la cual la industrialización sea protagónica, aunque sin abandonar la exportación de productos primarios para crecer sin desequilibrar el balance de pagos. Para lograr esta estrategia de desarrollo identifica dos condiciones indispensables: combinar la búsqueda de desarrollo con los equilibrios monetario, fiscal y del sector externo (para lo cual primero identifica al patrón oro y la liquidación de activos como mecanismo idóneo para sanear la economía, pero luego vira en su pensamiento y pasa a descartarlo para apoyar en cambio la intervención estatal sobre el funcionamiento de la economía a fin de mantener el equilibrio macroeconómico), y se necesita el ahorro interno y un aumento de la proporción de éste que se utiliza en inversiones productivas. Por último, recomienda no aceptar sin crítica las teorías explicativas elaboradas en los países del centro dado que podrían no tomar en cuenta la especificidad de nuestros problemas.
A lo largo de sus obras al analizar el crecimiento de la economía argentina identificó dos problemas fundamentales generados por el patrón primario exportador: la desigualdad económica (vinculado con la concentración de la propiedad de la tierra) y la vulnerabilidad externa (dado que se depende del impulso de la demanda externa y de los capitales extranjeros) con su fuerte incidencia sobre las fluctuaciones cíclicas de la economía argentina. De esta manera se puede identificar un componente cíclico en el pensamiento de Prebisch, y regida además por una visión esquemática que plantea una dicotomía entre los países agroexportadores (Argentina) y los del centro (industriales y acreedores), separados por una diferencia de grado de “formación histórica” (entendido como solidez social e institucional) y unidos por una relación funcional y de interdependencia, la cual implica una relación de dominación dentro de la estructura en la que se insertan (el mercado mundial).
El texto de Caravaca y Plotkin (2007) analiza el proceso de conformación de los economistas profesionales en una elite estatal, a través de la evolución del lugar asignado socialmente a la economía y a los economistas, quienes de analistas pasan a ser formuladores de políticas y gestores de gobierno. Dentro del período entre la creación de la Facultad de Ciencias Económicas (1913) y la crisis de 1939 identifica tres generaciones en la construcción de ese campo de economistas profesionales estatales, cada una con características propias. Los economistas de la primera generación, cuyo tipo ideal ubica en Alejandro Bunge, se movían entre las ciencias sociales, lo académico, los negocios y la función pública; el prototipo de la segunda generación lo encarna Raúl Prebisch, desde principios de los años ’20, período durante el cual la economía como saber específico y autónomo ya ha adquirido cierta legitimidad, y en el cual las situaciones de crisis han y van generado una demanda de saberes especializados para su resolución. A diferencia de Bunge, Prebisch mantiene su actividad siempre dentro de la órbita estatal o de organismos internacionales, alejado del mundo privado de los negocios, siendo una generación que se identificaba como “técnicos estatales” neutros, es decir al servicio de la economía argentina y por encima de la política partidaria. Es una época en la que los nuevos desafíos y la complejización de las tareas del Estado requerían de funcionarios cada vez más especializados, excediendo la capacidad de la mayor parte de la clase política (en los términos de Halperín Donghi). La tercera generación de economistas estatales es encarnada por los colaboradores de Prebisch, quienes basaron sus carreras estatales principalmente en sus habilidades técnicas, transitando el camino de conformación de una “tecnoburocracia” abierto por las generaciones anteriores.

González y Pollock (1991) analizan la evolución de la acción y el pensamiento de Prebisch entre 1930 y 1943, en tanto evolución desde un pensamiento ortodoxo a uno con modificaciones innovadoras pero que conserva un papel protagónico para el sector privado y para el mercado y que no cuestiona ni busca cambiar el sistema capitalista en sí mismo (ni mucho menos reemplazarlo por uno socialista). Durante este período y vinculado a sus experiencias en negociaciones internacionales, a Prebisch se le hizo particularmente evidente la vulnerabilidad y la dependencia externa de la Argentina en un contexto internacional que no ayudaría a la salir de la crisis. En este sentido, la evolución de Prebisch de los años ’30 se dio en un contexto nacional e internacional marcado por la crisis, para la cual no alcanzaban las medidas ortodoxas propiciando el pasaje de “un mundo gobernado por el patrón oro, el libre comercio y el juego irrestricto de las fuerzas del mercado” hacia uno sin patrón monetario internacional alguno, con controles de cambio, con proteccionismo y con fuerte participación del Estado en la economía. Es decir que en paralelo a la evolución del pensamiento de Prebisch hubo una “tendencia general a apartarse de las políticas económicas ortodoxas, del libre juego de las fuerzas del mercado y del libre comercio (p. 480).
En este contexto y al inicio del período identificado, Prebisch jugó un papel central en la elaboración de las medidas de emergencia del Programa de Recuperación Económica Nacional en 1933, compuesto por instrumentos keynesianos heterodoxos con un considerable intervencionismo estatal, aunque continuaba siendo un enfoque predominantemente de corto plazo. Las ideas de Keynes influenciaron considerablemente el pensamiento de Prebisch, aunque cabe señalar como diferencia fundamental la idea de Prebisch de que no se trataban de medidas transitorias para salir de la crisis, sino que era necesaria una transformación de la estructura productiva y del comercio a través de la planificación y la industrialización.
Se ve así una evolución entre 1930 y 1943 en la acción y el pensamiento de Prebisch, desde el enfoque ortodoxo inicial de comienzos de la década del ’30 (reducción del gasto público, de las obras públicas y el crédito, junto con aumento de los impuestos), hacia un gradual aumento de la intervención del Estado y la incorporación de elementos heterodoxos en la política económica a partir de 1933, proceso que se consolidó con la creación del Banco Central en 1935, y en 1943 cuando la contracción del mercado internacional causada por la Guerra contribuyó a imponer la idea de la industrialización (a partir de lo cual comenzaría la evolución hacia el Prebisch desarrollista).

Por su parte, Scenna (1983) realiza un análisis del Manifiesto al Pueblo de la República, firmado por la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) y publicado en 1935, en el cual se realiza una crítica profunda a las políticas económicas adoptadas en ese momento por el gobierno de Justo. Las medidas adoptadas, que son expuestas y revisadas detalladamente en los diversos capítulos, comparten la característica de beneficiar a la oligarquía extranjera (particularmente la inglesa), en detrimento de los intereses de la Nación Argentina, en contra de su soberanía y de los intereses del pueblo. Con este fin, luego de las palabras iniciales, en el capítulo I aborda la creación del Banco Central, criticando fuertemente a la comisión que lo diseñó y en especial el protagonismo dado a funcionarios extranjeros (tanto en el diseño del Banco como en su Directorio), llegando a tildarlo incluso de banco extranjero. La revisión de esta ley incluye también la revisión de la creación del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias, juzgado por FORJA como un comprador de los malos negocios de los bancos. Estas críticas abarcaron también a los creadores de las leyes bajo análisis, debiéndose resaltar el papel de Prebisch.
En el capítulo II realiza una revisión crítica de la ley de unificación de impuestos internos y su impacto negativo sobre los regímenes provinciales. El capítulo III aborda el proceso por el cual los capitales ingleses buscaban apropiarse y monopolizar el sistema de transporte argentino (ferroviario primero, marítimo después) y las medidas adoptadas por el gobierno argentino para contribuir a este proceso. El capítulo IV analiza la creación y el papel de las Juntas Reguladoras, vistas como instrumentos para beneficiar a los productores (y extranjeros) asegurando determinados niveles de ganancia.
El Manifiesto realiza una revisión crítica además, del Pacto de Londres, de la participación de la Argentina en la Liga de Naciones y la relación bilateral con Rusia, y de las severas condiciones económicas que atravesaba el pueblo argentino pero por las cuales se veía beneficiado el capital extranjero (disminución de los salarios, impuestos al consumo y al trabajo, desvalorización de la moneda, etc.). Asimismo, revisa la política petrolera y denuncia el desmantelamiento de YPF, luego de exponer cifras que demostraban su potencial previo al golpe de Estado, analiza la evolución de la educación (y el abandono progresivo de la enseñanza laica), las crecientes intervenciones militares en el interior del país y la restricción impuesta a la organización de los partidos políticos, entre otras medidas. Este documento histórico que constituye una denuncia fundamentada de las medidas adoptadas por el gobierno, incluye asimismo una crítica aguda a la conducción de la UCR y su aceptación implícita de estas medidas que destruían los fundamentos de una nación libre e independiente.


Bibliografía obligatoria
15. Gurrieri, Adolfo, “Las ideas del joven Prebisch”, Revista de la CEPAL Nº 75.
16. Caravaca, Jimena y Plotkin, Mariano, “Crisis, ciencias sociales y elites estatales: la constitución del campo de los economistas estatales en la Argentina, 1910-1935” en Desarrollo Económico Vol. 47 No. 187 (Oct.-Dic. 2007).
17. Norberto González y David Pollock, “Del ortodoxo al conservador ilustrado. Raúl Prebisch en la Argentina, 1923-1943”, Revista Desarrollo Económico, Vol. 30 No. 120 (Ene-Mar. 1991).
18. Scenna, Miguel Angel, F.O.R.J.A., una aventura argentina (de Yrigoyen a Perón), Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1983. 

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